El sur de Estados Unidos ha sido devastado por violentas tormentas y tornados este fin de semana, resultando en la muerte de al menos 14 personas y causando la destrucción de cientos de edificaciones en Texas, Arkansas, Oklahoma y Kentucky. Las autoridades meteorológicas alertan sobre la posibilidad de más condiciones climáticas severas durante el fin de semana festivo del Día de los Caídos.

El mal tiempo obligó a retrasar la famosa carrera de las 500 Millas de Indianápolis en Indiana, también conocida como Indy 500, debido a las intensas tormentas. Este evento, que tradicionalmente se celebra durante el fin de semana del Día de los Caídos, se vio afectado por la preocupación por la seguridad de los asistentes y participantes.

En Texas, un tornado devastador golpeó el sábado por la noche cerca de la frontera con Oklahoma, matando a siete personas e hiriendo a casi 100 más. El gobernador Greg Abbott informó que entre las víctimas se encontraban dos niños pequeños de la misma familia en Valley View, una ciudad del condado de Cooke. Este área sufrió la peor parte del tornado, con más de 200 casas y otras estructuras destruidas y otras 120 dañadas en una extensión de más de 50 millas.

Otros estados como Arkansas y Oklahoma también reportaron pérdidas humanas y daños extensivos. En el condado de Denton, al noroeste de Dallas, las tormentas causaron graves daños a propiedades y derribaron líneas eléctricas, resultando en múltiples heridos que fueron trasladados a hospitales. Más de 450,000 hogares quedaron sin electricidad en una vasta región desde Texas hasta Michigan. Con las tormentas moviéndose hacia el noreste, el Servicio Meteorológico Nacional ha emitido alertas sobre posibles inundaciones, granizo y más tornados. Mientras tanto, la temporada de huracanes en el Atlántico, que se anticipa será excepcionalmente activa, está a punto de comenzar el 1 de junio, lo que aumenta la preocupación por futuros desastres climáticos en Estados Unidos.